El arbitraje es una forma de resolver los conflictos sin llegar a la vía judicial.
Siempre que exista una reclamación o una disputa y no se consiga llegar a un acuerdo, puede acudirse a un tercero para que ejerza como mediador para encontrar una solución.
Esa mediación se denomina arbitraje.
Lo normal es que se acuda al arbitraje siempre que una de las partes sea una empresa.
¿Para qué se utiliza el arbitraje?
El arbitraje puede utilizarse para resolver conflictos de distintos tipos: laborales, mercantiles (reclamación de deudas), en el consumo…
¿Cómo funciona el arbitraje?
El arbitraje es un procedimiento voluntario. Para acudir a él se procede del modo siguiente:
- Se presenta la solicitud de mediación en el organismo competente.
- Se admite la solicitud y se nombra un mediador (o mediadores).
- Se da audiencia oral o escrita a las partes para emitir un juicio.
- Se dicta un laudo (una resolución). El laudo vincula a las partes y tiene la misma fuerza que una sentencia judicial. Las partes pueden, no obstante, intentar anular el laudo e incluso acudir al juzgado en situaciones excepcionales.
Características del arbitraje
- El arbitraje es más barato que un juicio y no exige el nombramiento de abogado y procurador.
- Es más rápido que un procedimiento en el juzgado.
- Parte de un acuerdo entre las partes y solo un nuevo acuerdo puede detener el proceso o pedir el nombramiento de nuevos árbitros. Una parte no puede retirarse unilateralmente.
- Desempeña la misma función que un pleito.