
Un aval es una garantía que emite un tercero (avalista) del pago de una deuda de otra persona.
Suele utilizarse en los contratos de préstamo.
En caso de que el deudor no pague, el prestamista puede reclamar la deuda al emisor del aval.
Para formalizar el aval deben identificarse las partes que intervienen:
También se detalla el importe de la deuda, la forma de pago y los vencimientos de los plazos. Debe especificarse el importe por el que el avalista responde y el plazo de tiempo que va a durar su garantía.
La garantía puede durar hasta el vencimiento del préstamo o bien ser limitada en el tiempo.
El aval es voluntario y solidario. Esto quiere decir que, si el deudor incumple cualquiera de los plazos de pago (si hay más de uno), el prestamista puede reclamar tanto al propio deudor como al aval. A cualquiera de los dos.
El aval puede ser:
El aval se utiliza generalmente como garantía del pago de una deuda derivada de un préstamo, pero también puede garantizar el cumplimiento de un suministro de mercancías o del pago de una renta en los alquileres de inmuebles, por ejemplo.
Por Eva Fernández el 29 November 2023