La evasión fiscal consiste en la ocultación de bienes o ingresos con la finalidad de pagar menos impuestos.
Se trata de situar parte del patrimonio (dinero, negocios, propiedades…) fuera del control de la Administración de Hacienda. De este modo, la administración no conocerá su existencia ni la de los beneficios que se obtienen del mismo. Éstos no se declaran ni se paga por ellos.
Por lo tanto, se dan dos situaciones: la ocultación y el ahorro fiscal.
La evasión de impuestos es una práctica prohibida que supone una infracción tributaria e incluso puede llegar a ser delito, en función de la cuantía.
Existe evasión fiscal cuando deliberadamente no se declara algo a lo que se está obligado.
Es una situación muy frecuente cuando se tiene dinero negro (dinero procedente de negocios no declarados o que se declaran en cantidad inferior a la real o bien de actividades ilícitas).
Para que exista evasión el sujeto obligado ha de saltarse una norma, incumpliendo la Ley o falseando sus datos económicos.
Una forma muy extendida de evasión se produce también cuando se sitúan bienes o patrimonio en paraísos fiscales para no pagar impuestos por ellos.
Hay que tener en cuenta que los contribuyentes están obligados al pago de impuestos por todos sus bienes y rentas en el país en que residen. Independientemente del lugar en el que éstos se encuentren o se produzcan.
La elusión fiscal consiste en el uso de artimañas legales para pagar menos impuestos. Pero no es constitutiva de delito.
Eva Fernández
Periodista con más de 10 años de experiencia en marketing digital y, en especial, en la generación de contenidos para marcas de diferentes sectores. De la mano de Anfix y con mi propia experiencia emprendiendo como freelance, he aprendido mucho en los últimos años sobre gestión del negocio, finanzas y productividad.