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Cómo hacer una previsión de tesorería eficaz y controlar el flujo de caja

Este sistema de anticipación te permite saber con antelación qué dinero entrará y saldrá de la caja.

Cómo hacer una previsión de tesorería eficaz y controlar el flujo de caja
Marta Merino

En este articulo verás:

Si diriges un negocio, grande o pequeño, ya habrás comprobado que no basta con vender mucho para dormir tranquilo: lo que realmente decide tu capacidad de maniobra es la liquidez disponible en cada momento.

Ahí entra en juego la previsión de tesorería, un sistema de anticipación que te permite saber con antelación qué dinero entrará y saldrá de la caja, evitando sustos de última hora y dotándote de argumentos sólidos para negociar con proveedores, bancos o incluso con tu propio equipo directivo.

En este artículo vas a descubrir, de forma práctica y detallada, cómo construir, mantener y aprovechar una previsión de tesorería de alto nivel, con la mirada puesta en las particularidades y la normativa española, pero sin tecnicismos innecesarios. 

¿Qué es la previsión de tesorería y por qué es crucial?

La previsión de tesorería es un mapa financiero que proyecta, en horizontes de tiempo definidos, todas las entradas y salidas de efectivo de tu empresa.

No hablamos de una simple estimación, sino de una herramienta viva que se revisa y ajusta de forma constante, alimentándose de datos reales: facturas emitidas y recibidas, nóminas, cuotas de financiación, impuestos, inversiones o cualquier otra partida de efectivo.

Al crear ese mapa, obtienes una ventaja competitiva inmediata: sabes dónde pisar con seguridad, identificas picos y valles de liquidez y puedes adelantar decisiones de financiación o ajuste de gastos antes de que la tensión se convierta en problema.

En la práctica, la previsión de tesorería se concreta en un cuadro de mando —normalmente en una hoja de cálculo— que refleja, día a día o semana a semana, el saldo inicial, los cobros previstos, los pagos comprometidos y el saldo final proyectado.

La clave está en vincular ese cuadro a fuentes de información veraces y actualizadas: tu ERP, los extractos bancarios vía open banking, la facturación electrónica, el SII de la Agencia Tributaria o incluso aplicaciones cloud que cruzan automáticamente los datos.

Beneficios de una buena previsión de tesorería

Implementar una previsión de tesorería robusta no solo reduce el riesgo de quedarte sin liquidez; impacta de lleno en tus márgenes, tu credibilidad y tu estrategia de crecimiento. Piensa en cómo cambia tu posicionamiento cuando puedes ofrecer a un proveedor el pago al contado a cambio de un descuento del 3% porque sabes que un pico de caja te lo permite.

O en la tranquilidad de negociar una póliza de crédito antes de la campaña de verano, anticipando el descenso estacional de tus ingresos. La previsión convierte lo desconocido en plan de acción, sofisticando tu toma de decisiones y, sobre todo, rebajando la ansiedad que acompaña a cualquier emprendedor cuando llega fin de mes.

Metodologías de previsión: directa e indirecta

Existen dos grandes enfoques para proyectar tu tesorería. La metodología directa se apoya en cash flows reales: fecha de cobro prevista de cada factura, fecha de pago de cada nómina, impuesto o recibo. Es exquisitamente detallada y resulta ideal para horizontes de corto plazo (días o semanas).

Por su parte, la metodología indirecta parte de los estados financieros —pérdidas y ganancias, balance y estado de cambios en el patrimonio neto— para inferir el efectivo futuro a partir de parámetros como la rotación de cobros y pagos. Es menos granular, pero muy útil cuando proyectas varios meses o ejercicios completos y quieres alinear la caja con los objetivos de rentabilidad.

Horizontes temporales: corto, medio y largo plazo

No necesitas la misma lupa para planificar la próxima semana que para diseñar la estrategia de los próximos dos años. Por eso hablamos de tres niveles:

Corto plazo (de hoy a 3 meses): Aquí cada euro cuenta. Usarás la metodología directa, revisarás la previsión casi a diario y registrarás cualquier desviación.

Medio plazo (3 a 12 meses): Combinas métodos, afinas los supuestos de ventas, estacionalidad y gastos operativos, y ajustas tu póliza de crédito o las líneas de factoring.

Largo plazo (más de 12 meses): No pretendes adivinar la meteorología financiera, sino trazar escenarios basados en hipótesis de crecimiento, inversiones y cambios de modelo de negocio. Aunque la incertidumbre crece, este horizonte es crucial para planificar capex, repartir dividendos o captar financiación a largo plazo.

Herramientas y fuentes de datos

La teoría suena bien, pero la magia ocurre cuando conectas la previsión a datos fiables. Hoy tienes opciones que hace una década parecían ciencia ficción:

1. ERP y contabilidad: La mayoría de sistemas permiten extraer vencimientos de clientes y proveedores o conectar con Excel vía ODBC.

2. Banca online y open banking: Con tu autorización, aplicaciones como Holded, Sage o Anfix (sí, nosotros) descargan movimientos bancarios en tiempo real y los concilian automáticamente.

3. Factura electrónica y SII: Si facturas al sector público o superas los ocho millones de facturación, ya usas factura electrónica. Integra esos datos para afinar los plazos de cobro.

4. Plataformas de nóminas: Exportan las previsiones de coste salarial mes a mes.

5. Formularios internos: No subestimes el poder de preguntar a logística cuándo prevé recibir la mercancía o a ventas cuándo confirmará aquel cliente indeciso.

Paso a paso para elaborar una previsión de tesorería precisa

Vamos a bajar a la arena con un ejemplo de comercio minorista que factura un millón anual, con picos en rebajas y Navidad. Imagina que hoy es 2 de junio y quieres proyectar hasta el 30 de septiembre:

Paso 1: define el horizonte temporal. Aquí elegimos 120 días, con vista diaria para junio y julio, y semanal para agosto y septiembre.

Paso 2: extrae el saldo bancario inicial. Son 50 000 €.

Paso 3: lista los cobros pendientes. Consulta tu ERP: facturas emitidas a 30, 60 y 90 días. Ajusta por tu experiencia de impagos (1 %) y por los tickets medios de las rebajas que aún no has facturado pero que puedes estimar con base histórica.

Paso 4: anota los pagos comprometidos. Nóminas el día 28 de cada mes (20 000 €), alquiler el día 5 (4 000 €), pedido de stock (35 000 € el 15 de junio), cuotas de préstamo (3 000 € el día 10) e IVA trimestral (8 000 € el 20 de julio).

Paso 5: introduce eventos extraordinarios. Sabes que vas a cambiar la iluminación LED el 12 de agosto: inversión de 7 500 €.

Paso 6: calcula el saldo proyectado. Con una sencilla fórmula acumulativa, sumas cobros y restas pagos sobre el saldo inicial.

Paso 7: revisa y ajusta. Contrasta la previsión con la realidad cada semana; si un cliente se retrasa, mueve la línea de cobro. Si vendes más en rebajas, actualiza la cifra. La previsión es un ser vivo.

Siguiendo este proceso, detectarás que a mediados de julio el saldo bajará a 5 000 € y podría quedarse en negativo si el pedido de stock se retrasa dos días. Solución: renegocia la fecha de pago con tu proveedor o pide a tu banco un confirming puntual. Anticipar es poder.

Errores comunes y cómo evitarlos

Después de veinte años revisando previsiones ajenas, te puedo asegurar que los fallos se repiten:

Sobreestimar los cobros: Un pagaré a 60 días rara vez se cobra en día exacto; aplica un coeficiente de retraso basado en tu historial.

Olvidar los pagos de impuestos: IRPF trimestral, seguridad social o sociedades pueden descuadrarte el mes si no los incluyes desde el principio.

No contemplar imprevistos: Averías, devoluciones o cambios regulatorios; reserva al menos un 5% del flujo anual para contingencias.

Fijar y olvidar: La previsión no es una foto, es un vídeo. Programa alertas automáticas para que tu cuadro se actualice cada día con los movimientos bancarios.

Confundir beneficio con caja: Puedes ganar dinero en tu cuenta de resultados y, sin embargo, enfrentarte a tensiones de caja si el cobro llega tarde o si amortizas deuda adelantada.

Indicadores clave asociados

La previsión de tesorería no vive aislada. Se nutre y, a la vez, alimenta indicadores que te ayudan a diagnosticar la salud financiera:

Fondo de maniobra: Es la diferencia entre activo corriente y pasivo corriente; te indica la capacidad de cubrir tus obligaciones a corto plazo.

Días de cobro y pago: Conocidos como DSO y DPO. Reducir el primero y alargar el segundo puede mejorar tu caja, pero vigila el impacto comercial.

Coeficiente de liquidez inmediata: Efectivo + equivalentes dividido entre pasivos corrientes. Si baja de 0,7, prepara un plan.

Cobertura de gastos fijos: Cuántos días de gastos fijos puedes cubrir con la caja actual. Todo esto, al cruzarlo con tu previsión, te ofrece una visión 360º.

Cómo integrar la previsión de tesorería en la estrategia financiera

Una previsión aislada es útil, pero su poder se multiplica cuando forma parte de tu plan financiero global. Por ejemplo, si proyectas un excedente de efectivo en diciembre, quizá te compense adelantar la amortización de un préstamo y ahorrar intereses.

O al revés, si la previsión detecta un déficit en septiembre, puedes pactar con tu banco una financiación estructurada en lugar de usar la tarjeta de crédito de empresa, que es más cara.

Además, la previsión te ayuda a decidir cuándo invertir en marketing, maquinaria o talento, alineando caja disponible con retorno esperado.

No olvides la vertiente emocional: mostrar a tu equipo una previsión clara y realista genera confianza y responsabilidad compartida. Cuando todos ven cómo un retraso en la fabricación afecta al flujo de caja, la empatía entre departamentos se dispara.

Dominar la previsión de tesorería es como disponer de un GPS financiero que te avisa de atascos, desvíos y carreteras cortadas con suficiente tiempo para reaccionar.

No se trata de acertar el futuro al céntimo, sino de gestionar la incertidumbre con método y disciplina. Si integras la previsión en tu rutina semanal, la alimentas con datos fiables y la utilizas para tomar decisiones estratégicas, verás cómo tu negocio gana resiliencia y tu tranquilidad se multiplica.

Dale a la caja la importancia que merece y comprobarás que la rentabilidad es mucho más que un número en la cuenta de resultados: es la libertad de saber que el dinero estará allí cuando lo necesites.Y todo empieza por controlar bien tu flujo de caja libre.

Preguntas frecuentes

¿Con qué frecuencia debo actualizar mi previsión de tesorería?

Lo ideal es revisarla al menos una vez por semana y cada vez que ocurra un evento relevante, como un pago inesperado o una gran venta. Recuerda: cuanto más dinámico sea tu negocio, más viva ha de estar la previsión.

¿Necesito un software especializado o basta con Excel?

Excel sigue siendo una herramienta potentísima si tienes pocos movimientos y tiempo para mantenerla. Sin embargo, a partir de cierto volumen, elige un software que se conecte a tu banca online y a tu ERP para evitar errores de copia y pega.

¿Cómo trato los cobros recurrentes por suscripción?

Inclúyelos como entradas periódicas según tu ciclo de facturación. Si el cobro es automático con tarjeta, aplica un coeficiente de fallo (entre el 1% y el 3%) por rechazos o tarjetas caducadas.

¿Qué hago si detecto un déficit de caja inminente?

Actúa rápido: negocia aplazamientos con proveedores, adelanta cobros ofreciendo descuentos por pronto pago, utiliza confirming inverso o recurre a una línea de crédito a corto plazo. Lo importante es anticiparse, no reaccionar a posteriori.

¿Debo incluir los impuestos en la previsión?

Sí, siempre. Programa el pago de IVA, IRPF y Sociedades en la fecha exacta de vencimiento. Si aplazas impuestos vía domiciliación, anota la fecha en que el banco cargará el recibo.

¿Cómo influye la estacionalidad en la previsión?

La estacionalidad marca picos y valles de ventas y, por tanto, de caja. Analiza el histórico y ajusta los supuestos de cobro y pago en consecuencia. Un comercio minorista no se comporta igual en enero que en diciembre.

¿Qué papel juega el presupuesto en la previsión de tesorería?

El presupuesto establece objetivos de ingresos y gastos; la previsión de tesorería traduce esos objetivos en flujos de efectivo con fechas concretas. Ambos deben ir de la mano para que la estrategia sea coherente.

¿Puedo prever cobros de nuevos clientes sin historial?

Sí, pero aplica una estimación conservadora. Investiga su solvencia, fija plazos prudentes y considera un porcentaje mayor de retraso o impago hasta que construyas un histórico fiable.

¿Cuál es la diferencia entre previsión de tesorería y flujo de caja proyectado?

En la práctica son términos muy próximos. No obstante, la previsión de tesorería suele centrarse en el corto plazo con detalle diario o semanal, mientras que el flujo de caja proyectado puede abarcar escenarios a medio y largo plazo con una visión más agregada.

¿Cómo afecta la inflación a la previsión?

La inflación incrementa los costes y puede modificar las condiciones de financiación. Ajusta tus pagos futuros con un coeficiente de inflación esperado y revisa los tipos de interés de tus créditos para mantener la previsión realista.