Un buen socio es algo fundamental al lanzar una empresa: la inversión y los riesgos se reparten, permite tener horarios para compatibilizar la vida personal con la empresarial, reduce la dependencia de proveedores y trabajadores, etc.
Pero a veces las cosas no suelen ser como se esperaban o a veces las circunstancias y las personas cambian. Y al igual que pasa con las relaciones de pareja a veces llega el momento de romper con tu socio de forma unilateral o consensuada.
Por eso hay que escoger muy bien a nuestro socio, así evitaremos sorpresas por no conocer en profundidad sus fortalezas y debilidades. Pero sobre todo
hay que saber muy bien cómo llevarnos bien con nuestro socio en el día a día, porque al igual que en cualquier relación la rutina es difícil de llevar. Y para evitar problemas al romper
lo mejor es prevenir y
fijar una estrategia de salida al inicio de la relación. Para ello se pueden usar los estatutos de la sociedad o un contrato privado. Pero si la situación se complica con tu socio y no lo tenías previsto, entonces es el momento de poner en práctica los siguientes consejos:
- A la hora de fijar ciertos aspectos como el valor de la participación de cada socio, la titularidad de la marca, o el reparto de los bienes, es mejor contar con la intervención de un perito de cara a valorar los bienes o las participaciones objeto de reparto. Además si hay deudas a nombre de la empresa habrá que tenerlas en cuenta a la hora de la valoración e incluso se puede dar el caso de que el socio que se queda tenga que asumirlas él solo. Hoy en día cada vez cobran más importancia la valoración de intangibles como marcas, dominios, patentes, o cartera de clientes. Son estos últimos donde mayor controversia puede haber con tu socio. Determinar quién se queda un cliente es una de las situaciones más comolejas. Por lo que la valoración de los bienes puede ser más difícil de lo que parece a primera vista.
- Cuando la situación con tu socio es mala o no existe comunicación, lo ideal es dejar las comunicaciones por escrito a través de burofax o email, ya que son medios de prueba admitidos por los tribunales. En caso de falta de acuerdo puedes recurrir a que conste en acta de las juntas de socios donde se traten los asuntos objeto de controversia.
- Determinar quién se queda con un cliente es una cuestión crítica en la que hay que negociar con tu socio una fórmula en la que ganéis los dos. Cuando romper con tu socio supone el cese de la actividad es muy fácil, porque simplemente hay que explicar la situación a los clientes o vender la cartera de clientes a otra empresa. Pero cuando se sigue con la actividad y el socio que se va ha causado algún tipo de daño a un cliente, la empresa puede enfrentarse a reclamaciones incluso judiciales. La mejor solución es asumir la responsabilidad según lo acordado con el cliente y buscar una resolución amistosa al daño causado.
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