El coworking es una solución de espacio muy de moda en especial por los más jóvenes y profesionales freelance porque en otros perfiles tienen otra forma de trabajar, donde las relaciones y el ambiente de trabajo son más importantes.
A diferencia de los centros de negocios, los coworkings tienen una forma de trabajo más colaborativa aunque, en realidad, algunos coworking son lo mismo que un business center. Hablamos de falsos coworking donde existe división de espacios y no se realizan acciones de integración, lo que dificulta mucho la posibilidad de crear sinergias entre los profesionales (denominados coworkers) alojados en ese espacio.
A pesar de que la crisis ha puesto de moda al coworking, entre los emprendedores que buscan oficina céntrica sin asumir grandes gastos mensuales, los coworking no son un espacio válido para cualquier negocio o profesional. Sin duda es muy atractivo poder repartir gastos entre varias personas así como disponer de otros servicios y recursos como salas de reunión o impresoras. No olvidemos que el emprendedor tendrá como compañeros a otros profesionales que en algunos casos pueden ser negocios sustitutivos o incluso su competencia más directa. Por eso es importante que, antes de pensar emprender en un coworking, saber algunas de las desventajas más importantes que te obligarán a descartar esta opción de espacio de trabajo:
- Menor privacidad: compartir espacio es lo que tiene, que al no haber paredes se pierde buena parte de la confidencialidad y privacidad que debe de haber en algunos negocios como puede ser el caso de las asesorías o los abogados. Por no hablar de las típicas cosas que suceden cuando hay muchas personas en un mismo espacio: problemas con la temperatura del aire o la calefacción, ruidos, desorden, etc.
- Seguridad: en muchos negocios hay documentos y materiales valiosos, por lo que no es conveniente que estén a la vista y mucho menos cuando no hay divisiones que limiten el acceso, no tanto a los compañeros de espacio, coworkers, sino más bien a las vistas y el tráfico de personas ajenas que suele ser tan habitual en los espacios.
- Ambiente de trabajo: aunque el hecho de que exista un espacio de trabajo colaborativo es un punto a favor del coworking, la verdad es que o a todo el mundo no le agrada estar en un ambiente donde no tiene mucha confianza con sus compañeros, o en el que reina un silencio que resulta incómodo.
- Competencia: en algunos casos existen coworks que están limitados en cuanto al número y tipo de empresas que los componen. Sin embargo ese no suele ser el caso. Para unos puede ser un punto fuerte, el trabajo colaborativo entre distintos profesionales, para otros puede ser una gran desventaja. Tener como compañeros de espacio a empresas competidoras o que podrían sustituir nuestros servicios, no es una visión precisamente agradable. Y a veces los coworkers no son competidores directos pero sí que tienen como clientes o proveedores a nuestra competencia.
- Colaboraciones que derivan en socios: al igual que pasa con el punto anterior, a veces tener profesionales que pueden ser "socios temporales" para la realización de proyectos se convierte en una desventaja. El día a día puede ser muy difícil cuando el espacio es único, por no hablar de la posible reacción de estos socios temporales cuando les sustituyamos al realizar otros proyectos.