Aunque a veces se usan empresarial y profesional como sinónimos, existen diferencias clave que afectan las obligaciones fiscales y la forma de operar. A continuación, desglosamos esta información en detalle.
¿Qué significa ser profesional o empresarial?
Un profesional es un tipo de autónomo que realiza actividades específicas, generalmente relacionadas con sus conocimientos y habilidades personales. Por otro lado, las actividades empresariales implican una estructura de negocio, incluyendo una marca, local o equipo.
Al darse de alta, lo primero que debes decidir es qué actividad económica realizarás. Esta actividad se identifica mediante un epígrafe del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), el cual la clasifica como profesional o empresarial. Según la clasificación, se determinarán las obligaciones fiscales correspondientes.
Características de las actividades profesionales
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Sujetas a retención fiscal
Los ingresos de los profesionales están sujetos a retención. Esto significa que sus clientes deben descontar un porcentaje de la factura (calculado sobre la base sin IVA) y abonarlo a Hacienda. El tipo general de retención actual es del 15%.
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Titulación y conocimientos
Muchas actividades profesionales requieren de una titulación específica, aunque no siempre es el caso. Ejemplos de profesionales incluyen médicos, arquitectos, abogados, profesores o agentes comerciales.
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Sin estructura empresarial
Un profesional se define por trabajar exclusivamente con sus conocimientos y esfuerzo, sin disponer de una infraestructura como la de una empresa.
Características de las actividades empresariales
Las actividades empresariales, por su parte, se distinguen por contar con una estructura de negocio. Esto incluye aspectos como:
- Un local comercial.
- Una marca registrada.
- La gestión de personal o recursos.
Por ejemplo, si un docente da clases particulares desde su domicilio, es un profesional. Pero si abre una academia con empleados, se considera empresario.
¿Cómo afecta esto a tu actividad?
El hecho de que una actividad sea considerada profesional o empresarial no solo influye en las obligaciones fiscales, sino también en la forma de operar.
- Profesional: Enfocado en habilidades personales, sin necesidad de estructura.
- Empresarial: Requiere mayor planificación y recursos para la gestión del negocio.
Es importante destacar que una misma actividad puede transformarse: un fotógrafo independiente que trabaja desde casa es profesional, pero si monta un estudio fotográfico con empleados, pasa a ser empresario.
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