En la última década la tecnología ha pasado de ser una opción a una necesidad para las empresas.
Las organizaciones se han visto obligadas a adaptar sus procesos y a renovar sus instrumentos de trabajo para ser capaces de responder a los retos que presenta el futuro próximo.
Vivimos en una sociedad que cada vez depende más de lo tecnológico y lo digital. Los nativos digitales, nacidos a partir de la década de los 90, juegan con ventaja.
Sin embargo, el resto de la población y a su vez la mayoría, se encuentra en una fase de adaptación y se esfuerza por estar al día de los avances y la innovación tecnológica.
A pesar del esfuerzo que supone, la adaptación tecnológica de las empresas es fundamental hoy en día.
Da igual el tamaño de la organización o su actividad, la tecnología aporta grandes beneficios que pueden influir de manera positiva en los ingresos de la misma.
Los beneficios económicos no siempre son visibles a corto plazo, pero es indiscutible que utilizar las herramientas adecuadas otorga competitividad y diferenciación.
Internamente, además, implantar nuevos sistemas de gestión también agiliza las tareas del día a día y aumenta la productividad de los equipos.
En definitiva, para las empresas sería muy difícil mantenerse a flote sin tecnología que le permita navegar en un mercado competitivo y globalizado como el actual.
Como decíamos, las nuevas tecnologías lo han cambiado todo. De hecho, se dice que vivimos la IV Revolución Industrial. Esta transformación es profunda y afecta a muchas áreas diferentes.
Repasamos algunas de ellas:
La tecnología mejora la comunicación interna de la empresa y mantiene a los empleados conectados.
Un chat interno, como puede ser por ejemplo Slack, permite a los trabajadores comunicarse, enviar archivos e incluso automatizar ciertas tareas. Incluso cuando se encuentran trabajando fuera de la oficina.
Esto implica un aumento de la eficiencia, de la productividad y mejora el ambiente de trabajo.
Uno de los grandes objetivos de cualquier manager, da igual el tamaño de la empresa o el sector, es optimizar al máximo los procesos de trabajo y los recursos para ser más rentables.
La tecnología nos brinda la oportunidad de entender qué cambios debemos hacer para optimizar la administración y la producción del negocio e implementarlos.
Un simple sistema de gestión de almacenes nos puede ayudar, por ejemplo, a detectar con antelación los posibles roturas de stock y ponerle remedio.
Las medidas de seguridad cobran peso e importancia dentro de la empresa a medida que se van automatizando y digitalizando procesos.
Las tecnologías en la nube con cifrado de datos y las copias de seguridad automáticas previenen la pérdida de información por parte de la empresa.
También, gracias a las nuevos dispositivos, resulta mucho más fácil controlar y vigilar de forma remota oficinas, tiendas o cualquier tipo de instalación. Incluso el acceso de los propios empleados.
Internet y las nuevas tecnologías permiten a las empresas crecer e, incluso, expandir sus fronteras a nuevos mercados.
Ahora cualquiera puede desarrollar negocios en todo el mundo y hacer llegar sus productos o servicios a donde quiera.
En definitiva, las nuevas tecnología ofrecen grandes oportunidades a las empresas. Solo hay que ir introduciéndolas poco a poco para empezar a comprobar sus beneficios.
Eva Fernández
Periodista con más de 10 años de experiencia en marketing digital y, en especial, en la generación de contenidos para marcas de diferentes sectores. De la mano de Anfix y con mi propia experiencia emprendiendo como freelance, he aprendido mucho en los últimos años sobre gestión del negocio, finanzas y productividad.
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