¿Qué es una derrama?
Una derrama es una aportación económica extraordinaria que realizan los miembros de una comunidad, sociedad o entidad para hacer frente a gastos imprevistos, inversiones necesarias o deudas comunes. Aunque su uso más habitual se da en el ámbito de las comunidades de propietarios, también es un término frecuente en contextos empresariales, cooperativas, asociaciones y otras entidades jurídicas.
Se trata de una forma de reparto proporcional de gastos entre los participantes de una colectividad, y se acuerda de manera puntual cuando los fondos ordinarios no son suficientes para cubrir una necesidad concreta.
Usos más comunes del término "derrama"
Existen varios contextos en los que puede hablarse de "derrama", y aunque el principio es el mismo —repartir un gasto entre varios—, conviene diferenciarlos:
- En comunidades de vecinos: es el más habitual. Se refiere al dinero que se solicita a los propietarios para sufragar obras, reparaciones o gastos no contemplados en el presupuesto anual.
- En cooperativas: puede haber derramas cuando hay que cubrir déficits, asumir gastos extraordinarios o aportar fondos adicionales a un proyecto común.
- En asociaciones: especialmente si son sin ánimo de lucro, pueden realizar derramas entre sus socios para asegurar la viabilidad de actividades o cubrir gastos inesperados.
Marco legal de la derrama
El concepto de derrama no tiene una única regulación legal, ya que su aplicación depende del tipo de entidad de que se trate. Sin embargo, hay normativas clave que conviene tener en cuenta:
1. Ley de Propiedad Horizontal
Cuando hablamos de comunidades de propietarios, la Ley 49/1960, de 21 de julio, sobre Propiedad Horizontal es el marco legal que regula cómo se acuerdan y ejecutan las derramas.
Según esta ley, cualquier gasto extraordinario debe ser aprobado en Junta de Propietarios, y para ello suele requerirse una mayoría simple o cualificada, según el tipo de obra o gasto.
2. Estatutos y reglamentos internos
En cooperativas, asociaciones o sociedades civiles, el procedimiento para aprobar una derrama suele estar establecido en los estatutos sociales o reglamentos internos. Es esencial revisar estos documentos, ya que determinan cómo se convoca la asamblea, qué mayoría se necesita y cómo se distribuye la aportación.
¿Cuándo se aplica una derrama?
Las derramas se aplican en situaciones específicas, generalmente de carácter extraordinario o imprevisto. Algunos ejemplos típicos:
- Rehabilitación de fachadas, cubiertas o instalaciones comunes en una comunidad de vecinos.
- Reparación urgente de una avería importante que afecta a todos los propietarios.
- Adquisición de equipamiento para una cooperativa de trabajo.
- Financiación de un evento, reforma o traslado en una asociación cultural o profesional.
En todos los casos, se parte de una base común: la necesidad de obtener recursos extraordinarios cuando los ordinarios (cuotas, presupuestos anuales, subvenciones) no son suficientes.
¿Cómo se calcula una derrama?
El cálculo depende del tipo de entidad, pero en general sigue el principio de proporcionalidad. Es decir, cada miembro contribuye en función de algún criterio objetivo:
- En comunidades de propietarios, se suele usar la cuota de participación que cada inmueble tiene en el total del edificio.
- En cooperativas o sociedades, puede calcularse en función del capital aportado, número de socios o participación en los beneficios.
- En asociaciones, es habitual el reparto equitativo, salvo que se determine otro criterio en los estatutos.
Ejemplo práctico: si en una comunidad se aprueba una derrama de 12.000 euros y tu vivienda representa un 10 % de cuota de participación, deberás aportar 1.200 euros.
¿Es obligatoria una derrama?
Sí, siempre que haya sido acordada conforme a los procedimientos legales y estatutarios, la derrama es obligatoria para todos los miembros de la entidad.
En el caso de una comunidad de vecinos, negarse a pagar una derrama aprobada en Junta puede derivar en acciones judiciales de reclamación de deuda, con sus correspondientes intereses y costas.
En cooperativas o asociaciones, el impago puede conllevar la expulsión del socio o la pérdida de derechos dentro de la entidad.
¿Puedo impugnar una derrama?
Sí, pero solo en determinadas circunstancias. En el caso de comunidades de propietarios, puedes impugnar el acuerdo si:
- No se ha seguido el procedimiento legal (falta de convocatoria, quórum, etc.).
- La derrama se considera abusiva o desproporcionada.
- No te encontrabas presente en la Junta y no fuiste debidamente informado.
Para ello, tendrás que presentar la impugnación ante el juzgado de primera instancia en el plazo de tres meses desde que se adoptó el acuerdo (o un año si es contrario a la ley o estatutos).
Errores comunes relacionados con las derramas
Muchas personas se enfrentan a derramas sin entender bien su origen o alcance. Algunos errores frecuentes son:
- Confundir una derrama con una cuota mensual o regular.
- Pensar que no es obligatoria si no se está de acuerdo con ella.
- No acudir a la Junta en la que se decide y luego sorprenderse por el importe.
- No revisar los estatutos para comprobar si el procedimiento ha sido correcto.
Por eso es importante participar activamente en la vida de la comunidad o entidad, leer bien las convocatorias y actas, y consultar a un administrador de fincas o asesor legal cuando tengas dudas.
¿Las derramas tienen implicaciones fiscales?
Desde el punto de vista fiscal, las derramas no tributan como ingreso ni generan deducciones en el IRPF de los particulares que las pagan. No obstante, hay algunas consideraciones que conviene conocer:
- Si la derrama se destina a mejoras energéticas (como instalación de placas solares o aislamiento térmico), puede dar derecho a ciertas deducciones fiscales, pero solo si se cumplen condiciones específicas.
- Las entidades que las reciben (como comunidades o asociaciones) deben llevar una contabilidad clara de esos ingresos y justificar su uso adecuado.
Además, si una empresa o profesional aporta una derrama en el marco de una sociedad o entidad con fines productivos, es posible que pueda contabilizarlo como gasto deducible, siempre que esté bien documentado y relacionado con su actividad.
Consejos para afrontar una derrama
Si te comunican una derrama, lo ideal es actuar con planificación y transparencia. Aquí van algunos consejos prácticos:
- Infórmate bien sobre la causa y la necesidad real del gasto.
- Revisa el acta de la reunión en la que se aprobó, o asiste a la Junta si está pendiente de celebrarse.
- Consulta tu cuota de participación o los criterios de reparto aplicables.
- Pregunta por plazos y formas de pago: en ocasiones se permiten fraccionamientos o pagos aplazados.
- Valora impugnar si crees que se ha vulnerado la normativa o tus derechos.
Reflexión final
Las derramas, aunque puedan generar malestar o sorpresa, son una herramienta legítima y necesaria para mantener el buen funcionamiento de las comunidades, cooperativas y asociaciones. Su correcta gestión evita deterioros, conflictos y problemas mayores a futuro.
Como todo en el ámbito contable y jurídico, lo importante es actuar con conocimiento, responsabilidad y transparencia. Si alguna vez te enfrentas a una derrama, no lo tomes solo como un gasto, sino como una inversión en el bienestar común.