Existen muchas claves para ser jefe, pero los grandes líderes por encima de todo saben motivar a sus empleados. Las mejores y más empresas de hoy en día se basan en el talento humano, porque vivimos en la era del conocimiento no en la era industrial, donde el trabajador era un elemento más del proceso.
Hoy en día el mercado es más y más competitivo, los ciclos de vida de las empresas, los clientes y de los productos son cada vez más cortos así que la única forma de sobrevivir en el mercado no son los recursos financieros o tecnológicos, sino los humanos. Para ello no basta con decirlo hay que saber hacerlo, es decir, conocer las claves para ser un jefe motivador. Sobre todo hay que saber promover las actitudes correctas para que el negocio consiga sus objetivos, a la vez que las personas se desarrollan y son adecuadamente retribuidas. Sea como sea todo empieza por dominar las claves para ser un jefe motivador, porque todo lo demás no servirá de nada si no se sabe ser un buen jefe, y para ello las claves son:
- Sabe comunicar la estrategia de la compañía, y para ello lo primero es tener clara la estrategia y luego saber comunicarla bien. Se consigue con un lenguaje entendible por cualquiera y que sea algo más que “ganar más dinero”.
- Transmitir seguridad y confianza porque si el jefe no lo hace, entonces alguien tomará el liderazgo del grupo de manera informal. Y la incertidumbre provoca en la empresa miedo y sobre todo rumores.
- Contagiar ilusión y optimismo porque a todo el mundo nos gusta soñar con algo grande y trabajar en un entorno positivo que saque lo mejor de nosotros.
- Saber dirigir a cada miembro tal y como lo necesita, según sus circunstancias personales y su carácter.
- Reconocer los errores porque todos somos humanos y nos equivocamos, además así podremos enseñar a nuestro equipo para que no cometa los mismos errores.
- Tener en cuenta las ideas y opiniones del equipo para que todos puedan aportar algo y sentirse partícipes de un proyecto de empresa común.
- Ser sincero al comunicar ideas, miedos, errores, etc a nuestro equipo. La mentira sólo traerá más problemas.
- Marcar la meta, es decir, el destino del barco en el que van todos metidos.
- Reconocer los éxitos en especial aquellos que más esfuerzo han supuesto, y además celebrarlos para crear un sentimiento de grupo.
- Tener en cuenta las sugerencias porque de nada sirve escuchar una opinión si al final no se implementa.