Pasar un reconocimiento médico a los trabajadores es una exigencia legal establecida en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La Ley General de la Seguridad Social también nos dice en el artículo 196 que:
“Todas las empresas que hayan de cubrir puestos de trabajo con riesgo de enfermedades profesionales están obligadas a practicar un reconocimiento médico previo a la admisión de los trabajadores que hayan de ocupar aquéllos y a realizar los reconocimientos periódicos que para cada tipo de enfermedad se establezcan en las normas que, al efecto, dictará el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.”
De aquí se deduce que la obligación no afecta por igual a todos los trabajadores, sino tan solo a aquellos que desempeñan puestos de trabajo determinados. Hay que conocer cuáles son esos puestos para dar cumplimiento a una norma que afecta tanto al trabajador como al empresario, puesto que un trabajador que se niego a realizar el reconocimiento médico exigido por la empresa puede ser despedido.
Los reconocimientos médicos pueden estar estipulados en el Convenio Colectivo al que pertenezca la empresa. Si no es así, se entenderá obligatorios cuando el trabajador desempeñe un puesto de trabajo que lo ponga en riesgo de contraer una enfermedad profesional (exposición al ruido, riesgo físico, exposición a agentes químicos…)
A su vez, si el empresario incumple su obligación de realizar reconocimientos médicos a trabajadores que ocupen puestos de trabajo con riesgo de enfermedad profesional, se convertirá en responsable directo de las prestaciones a las que el trabajador pudiera tener derecho en caso de causar baja laboral.
La vigilancia de la salud se contrata normalmente a las empresas que se ocupan de la prevención de riesgos laborales. Incluso si se trata de puestos de trabajo que no entablan riesgo, es recomendable que la empresa ofrezca los reconocimientos médicos y recoja por escrito la negativa si el trabajador los rechaza.
