
Además del préstamo bancario existen otras alternativas de financiación la adquisición de activos para un negocio. El leasing y el renting son dos tipos de arrendamiento financiero que podrían utilizarse en estos casos y que tienen unas características muy determinadas a tener en cuenta a la hora de optar por uno u otro.
La diferencia principal es que si adquirimos un activo (inmueble, maquinaria, equipos informáticos o cualquier otro elemento necesario para el negocio) a través de un préstamo ese activo se compra, por lo que pasa a ser propiedad de la empresa, desde ese momento. En el caso del leasing el elemento se adquiere ( si se optar por ello) con el pago de la última cuota, mientras que en el renting disfrutamos del activo pero nunca llega a ser de nuestra propiedad.
El leasing es un arrendamiento con opción de compra. Se pagan unas cuotas por el uso de ese elemento (vehículos, maquinaria, etc.) y con el pago de la última de decide si tras ello se ejecuta la opción de compra a un precio pactado.
En caso de ejecutar esa opción el bien pasa a ser propiedad de la empresa a partir de ese momento, pero si se decide no ejecutarla la propiedad del bien seguirá siendo de la financiera y simplemente se habrá utilizado el mismo durante todo ese tiempo en régimen de alquiler.
En cualquier caso los costes de mantenimiento, reparaciones, etc. del elemento corren por parte de la empresa.
El renting es un sistema de alquiler puro y duro. Se pagan unas cuotas por el uso de ese bien y al finalizar el plazo fijado en el contrato el arrendamiento finaliza y el elemento ha de devolverse, pudiéndose firmar un nuevo contrato de renting para un elemento similar.
Las cuotas del arrendamiento incluyen los gastos de mantenimiento, seguros, etc. Incluso en caso de que el bien quede inutilizado éste se sustituirá por otro similar.
Esta opción es muy apropiada cuando el bien a utilizar puede sufrir constantes innovaciones tecnológicas. Por ejemplo un buen equipo informático puede quedar obsoleto en pocos años, lo mismo que en el caso de un vehículo de empresa puede ser necesario renovarlo en un plazo mediano de tiempo, si se opta por un renting podemos ir actualizando cualquiera de esos bienes al finalizar el contrato y disfrutar de elementos modernos cada poco tiempo.
Lógicamente hay que valorar el coste del renting, las cuotas pueden ser sensiblemente más altas que en un préstamo o en un leasing, por tanto es un servicio más caro, aunque incluyan los costes adicionales.