Abordando de nuevo el tema de los impuestos, que es el que toca en enero, seguro que multitud de empresas se encuentran en la situación de que no pueden hacer frente a sus impuestos. ¿Cuál es la solución? Pues pedir un aplazamiento. El mayor obstáculo que puede imposibilitar la concesión de un aplazamiento es no estar al corriente con Hacienda, lo que hará que nos lo denieguen fijo. Entonces, ¿qué podemos hacer?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no hay manera de presentar un impuesto sin pagarlo que no sea pedir un aplazamiento. Cualquier otro procedimiento, como el reconocimiento de deuda, da lugar a una reclamación en ejecutiva, lo que supone recargos e intereses. Por lo tanto, si tenemos que presentar una liquidación y no podemos hacerle frente, pidamos un aplazamiento igualmente. Nos vendrá denegado, pero ganaremos tiempo.
La carta en que nos transmiten la denegación nos dará un nuevo plazo de pago en voluntaria, es decir, sin recargos. Ese plazo será el día 5 del segundo mes posterior, si se recibe la carta en la primera quincena del mes y el 20 si se recibe en la segunda.
Si tenemos más impuestos pendientes o aplazamientos que no hemos podido atender, podemos pedir un nuevo aplazamiento de todas las deudas juntas. De este modo, podremos intentar hacer frente a lo que debemos de forma unificada, sin que nos lluevan distintas cuotas de distintos impuestos cada mes.
La Agencia Tributaria suele conceder aplazamientos hasta 18.000 euros sin problema, por lo que vale la pena intentarlo. Si más adelante volvemos a tener problemas para pagar las cuotas, podemos pedir un recálculo en plazos más pequeños o una paralización de los pagos durante dos o tres meses. De este modo, podemos mantenernos al corriente e intentar resolver nuestros problemas de liquidez sin sufrir embargos de Hacienda que no nos dejen respirar.
Por Eva Fernández el 23 January 2023
Por Eva Fernández el 12 January 2023