Toda empresa necesita financiación para realizar su actividad, crecer y evolucionar. Para ello, muchas emiten deuda privada para obtener los fondos que necesitan.
La financiación de la deuda es un sistema a través del cual las empresas obtiene el capital que necesitan para el desarrollo de su negocio.
Esta tiene lugar cuando una empresa, empresa, banco o cualquier otra entidad aporta capital para un negocio con el compromiso de recuperar la inversión junto a unos intereses acordados.
Es un préstamo como el que todos conocemos.
Las empresas recurren a este sistema porque les permite gastar este dinero antes de generarlo por lo que pueden llevar a cabo estrategias de crecimiento y desarrollo del negocio.
Este sistema ofrece una serie de ventajas:
Es la más común y la que más garantías ofrece a las empresas. Los procedimientos están muy regulados y solo las empresas con menor endeudamiento o riesgo pueden acceder a ella.
Dentro de estas existen dos tipos:
En este caso, la entidad bancaria puede ejecutar como acreedor principal la garantía aportada. Existen tres formas de hacerlo:
La garantía aportada en este tipo de deuda es un inmueble o un bien que ya tiene algún tipo de deuda sobre él. Por ejemplo, una casa que todavía está pagando hipoteca. Es por eso que este tipo de préstamos son muy poco habituales.
Los bonos High Yield son préstamos o bonos que emite la empresa para financiar sus inversiones. Se amortizan en un plan de entre siete y diez años y suelen tener un tipo de interés elevado.
La denominación High Yield la otorgan agencias como Standard & Poor’s, Moody’s o Fitch que califican los bonos según la seguridad que ofrecen al inversor. Los que obtiene esta calificación son aquellos de mayor riesgo por eso las compañías pagan más intereses.
Este tipo de deuda es la elegida por aquellas empresas que por su calificación crediticia, endeudamiento o planes de negocio no pueden financiarse a través de deuda bancaria o bonos.
Suelen ofrecer a los inversores tipos de interés elevados dado el riesgo de la operación y plazos de devolución más largos.
En este caso, los inversores aportan al capital de la empresa pasando a ser propietarios de una parte de la sociedad.
Estos cuatro sistemas permiten a las empresas obtener financiación y desarrollar su negocio. Esta es, sin duda, una parte importante en la gestión del cualquier compañía ya que de ella depende el crecimiento de la misma.
Eva Fernández
Periodista con más de 10 años de experiencia en marketing digital y, en especial, en la generación de contenidos para marcas de diferentes sectores. De la mano de Anfix y con mi propia experiencia emprendiendo como freelance, he aprendido mucho en los últimos años sobre gestión del negocio, finanzas y productividad.