¿Qué es la prescripción?
La capacidad de exigir un determinado derecho, en muchas ocasiones, es limitada en el tiempo. La prescripción es la situación que se produce cuando se agota el tiempo establecido para hacer valer ese derecho.
La prescripción, en lo que a impuestos se refiere, es el plazo de tiempo del que dispone la administración para reclamar al contribuyente.
En el ámbito tributario, los impuestos prescriben a los cuatro años, a contar desde el final del plazo voluntario de presentación.
Veamos un ejemplo:
El plazo voluntario para presentar la Declaración de la Renta de 2015 terminó el 30 de junio de 2016. Hacienda podrá revisar el impuesto hasta el 30 de junio de 2020. A partir de esa fecha, ya no podrá hacerlo.
Del mismo modo, el contribuyente perderá también su derecho de reclamación si transcurre el mismo plazo de tiempo.
Requisitos para la prescripción
Para que se produzca la prescripción de un derecho han de darse determinados requisitos:
- Que el derecho prescriba, puesto que no todos lo hacen.
- Que durante el plazo de prescripción el titular del derecho no haga ningún tipo de reclamación sobre el mismo. Si Hacienda nos revisa la Renta antes de cuatro años, el plazo comienza a contar de nuevo desde ese momento.
- Que transcurra el plazo legal establecido para que se produzca la prescripción.
- Que, una vez transcurrido ese plazo, la persona a la que se reclama el derecho alegue la prescripción del mismo. Es decir, si nos reclaman un impuesto pasados los cuatro años, hay que alegar que está prescrito.