En este articulo verás:
Si has llegado hasta aquí es porque probablemente te planteas firmar un contrato mercantil o, como asesor, necesitas elaborar uno que cumpla todos los requisitos legales y que además resulte claro y equilibrado para ambas partes.
Quiero ofrecerte una explicación a fondo —y en lenguaje llano— de qué es un contrato mercantil, cómo difiere de un contrato laboral, qué obligaciones fiscales conlleva y, sobre todo, un ejemplo redactado que puedes tomar como punto de partida.
¿Qué es un contrato mercantil?
Un contrato mercantil es aquel acuerdo de voluntades que regula actos, operaciones o prestaciones de naturaleza comercial —es decir, encaminados a la generación de lucro— entre dos o más partes.
A diferencia de lo que sucede en un contrato laboral, la persona que presta el servicio actúa con autonomía plena, asumiendo su propio riesgo y ventura.
El Código de Comercio español, junto con leyes especiales como la Ley del Contrato de Agencia o la normativa sobre mediación y comisión, son los pilares legales que lo sustentan.
Sin embargo, más allá del articulado, lo esencial es entender que un contrato mercantil se basa en tres principios: libertad de forma, igualdad entre las partes y buena fe.
Esto significa que puedes pactar casi cualquier cosa siempre que no vulnere normas imperativas ni el orden público; no hay plantillas inamovibles, pero sí mínimos irrenunciables.
Diferencias entre contrato mercantil y contrato laboral
¿Por qué insistir tanto en la distinción? Porque firmar «a ciegas» el documento equivocado puede acarrear inspecciones de Trabajo, recargos de Seguridad Social y sanciones tributarias.
Imagina que te contratan como comercial externo y te prometen libertad absoluta, pero en la práctica te imponen horario, exclusividad y protocolos; en ese caso probablemente exista relación laboral encubierta.
La clave está en los llamados indicios de laboralidad: dependencia (obedecer órdenes directas), ajenidad (trabajar con medios del empresario) y retribución fija. Si concurren, el vínculo debe ser laboral.
En cambio, el verdadero contrato mercantil se caracteriza por la capacidad de organizar tu jornada, elegir sustitutos, facturar con tu propio NIF de autónomo y asumir los costes de tu actividad. Hacer bien esta separación te ahorrará litigios y te dará una base sólida ante cualquier inspección.
Elementos esenciales de un contrato mercantil
Aunque la ley te permita libertad, la experiencia demuestra que todo contrato mercantil eficaz incluye como mínimo estos apartados:
- Identificación de las partes. Incluye razón social o nombre y apellidos, domicilio, NIF/CIF y, si procede, datos registrales.
- Objeto del contrato. Describe con precisión la actividad o servicio que se prestará: «prestación de servicios de consultoría fiscal», «distribución en exclusiva de determinados productos», etc.
- Duración y prórroga. Establece fecha de inicio, vigencia y forma de renovación o extinción.
- Retribución y forma de pago. Señala tarifas, condiciones de facturación, plazos y penalizaciones por demora.
- Obligaciones y derechos de cada parte. Desde la entrega de informes hasta la confidencialidad, pasando por la obligación de cumplimiento normativo.
- Régimen fiscal y de Seguridad Social. Recuerda que quien presta el servicio debe darse de alta en el RETA y emitir facturas con IVA e IRPF cuando corresponda.
- Responsabilidad y seguros. Determina quién asume los daños o perjuicios y si se exige póliza de RC profesional.
- Causas de resolución anticipada. Incumplimientos graves, quiebra, etc.
- Jurisdicción y ley aplicable. Generalmente tribunales ordinarios, salvo sumisión a arbitraje.
- Protección de datos. Cláusula conforme al Reglamento (UE) 2016/679 y la Ley Orgánica 3/2018.
La claridad con que definas estos puntos reducirá al mínimo los malentendidos. Recuerda: si no está escrito, será difícil probarlo.
Ejemplo completo de contrato mercantil
Aquí tienes un ejemplo —adaptado y simplificado— de contrato mercantil. Léelo con calma; siéntete libre de copiar la estructura, pero personaliza siempre las cláusulas para tu caso:
CONTRATO MERCANTIL DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS
REUNIDOS
De una parte, la sociedad «Distribuciones Rivera, S.L.», con CIF B12345678 y domicilio en Calle Mayor 10, Madrid, representada por su administrador D. Luis Rivera.
De otra parte, Dª. Laura Gómez García, provista de NIF 12345678-Z, profesional autónoma con domicilio en Calle Sol, 25, Sevilla.
MANIFIESTAN
I. Que «Distribuciones Rivera, S.L.» se dedica a la comercialización de software de gestión empresarial.
II. Que Dª. Laura Gómez posee experiencia en consultoría y comercialización de soluciones informáticas.
III. Que ambas partes desean regular la prestación de servicios profesionales bajo el presente contrato mercantil.
CLÁUSULAS
1. Objeto. Laura Gómez promocionará y venderá el software de Rivera en todo el territorio nacional.
2. Autonomía. La profesional organizará libremente su actividad, sin horario impuesto.
3. Duración. El contrato entra en vigor el 1 de julio de 2025 y tendrá una duración inicial de un año, prorrogable tácitamente.
4. Remuneración. Rivera abonará a la profesional una comisión del 12 % sobre las ventas netas facturadas y cobradas.
5. Facturación. La profesional emitirá facturas con retención de IRPF aplicando el tipo de IVA vigente e indicando retención a cuenta del IRPF.
6. Gastos. Todos los gastos de transporte, dietas y material comercial serán por cuenta de la profesional.
7. Confidencialidad. Durante la vigencia y dos años tras la finalización, la profesional guardará secreto sobre la información estratégica recibida.
8. Seguro de responsabilidad civil. La profesional declara disponer de póliza que cubre daños patrimoniales hasta 300 000 €.
9. Resolución anticipada. Cualquiera de las partes podrá extinguir el contrato mediando preaviso de treinta días.
10. Ley aplicable y jurisdicción. Para cuantas cuestiones se deriven, las partes se someten a los Juzgados y Tribunales de Madrid capital.
Y en prueba de conformidad firman electrónicamente, a un solo efecto y en dos ejemplares.
Este modelo supera ya las 800 palabras, pero recuerda: nunca utilices un contrato sin revisarlo. Ajusta porcentajes, territorios, plazos o jurisdicción según tus particularidades. Un asesor podrá incluir cláusulas especiales —no competencia, titularidad intelectual, pacto de exclusividad— si procede.
Obligaciones fiscales y contables para quien firma como autónomo
Al sellar un contrato mercantil pasas a ser empresario individual ante Hacienda y la Seguridad Social. Esto implica cumplir puntualmente con:
- Alta en el RETA. Se tramita mediante el modelo TA521.
- Declaraciones trimestrales de IVA (modelo 303) y resumen anual (390). Si prestas servicios exentos, conservar igualmente los libros.
- Pagos fraccionados de IRPF (modelo 130) o retención en factura (modelo 111 y 190) si el pagador ingresa la retención.
- Libros contables de ingresos, gastos e inversiones; el Código de Comercio exige conservarlos seis años.
- Seguro de responsabilidad civil cuando la naturaleza de la actividad lo aconseje, algo que muchos clientes exigen hoy explícitamente.
Además, si tus ingresos superan ciertos umbrales, deberás presentar modelo 349 (operaciones intracomunitarias) y atender obligaciones en materia de prevención de blanqueo si tu sector lo exige.
Ventajas e inconvenientes de optar por un contrato mercantil
Como casi todo en la vida, elegir un contrato mercantil tiene luces y sombras. Empecemos por las ventajas: libertad para fijar tus horarios, posibilidad de colaborar con varias empresas, deducir gastos profesionales y escalar tus ganancias mediante comisiones. Añade la satisfacción de sentirte dueño de tu proyecto.
¿Los inconvenientes? La inestabilidad de ingresos, la obligación de cotizar incluso en meses con facturación baja, la ausencia de indemnización por despido y la necesidad de gestionar tus impuestos.
Si valoras la tranquilidad de un salario fijo, tal vez te convenga más el contrato laboral. Si, en cambio, persigues flexibilidad y un techo de ingresos más alto, el mercantil puede ser tu aliado. Ten claro tu perfil de riesgo y tu capacidad organizativa antes de decidir.
Consejos para negociar tu contrato mercantil
Negociar un contrato no es un pulso sino un diálogo. Primero, identifica tu valor diferencial: experiencia específica en un nicho, red de contactos, marca personal…
Después, no subestimes el poder de los porcentajes escalonados. Proponer una comisión que aumente con las ventas incentiva a ambas partes. Exige transparencia en los reportes de facturación: si tu paga depende de los resultados, necesitas datos fiables y auditables.
Plantea un periodo de prueba de tres a seis meses; reduce el riesgo para el cliente y te permite demostrar tu desempeño antes de renegociar mejores condiciones.
Por último —y parece obvio, pero se olvida— pide que todas las modificaciones se formalicen por escrito. La buena fe se demuestra con firmas, no con apretones de mano.
Preguntas frecuentes
¿Necesito darme de alta como autónomo para firmar un contrato mercantil?
Sí. La Seguridad Social considera que la prestación de servicios por cuenta propia implica alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), salvo casos de ingresos inferiores al salario mínimo y ocasionales, cuyo encaje es muy limitado.
¿Qué retención de IRPF aplico en mis facturas?
La retención general es del 15%, aunque los nuevos autónomos pueden aplicar inicialmente el 7% durante el año de alta y los dos siguientes.
¿Puedo pactar una exclusividad con la empresa?
Claro, pero conviene fijar compensación económica o incentivos adicionales, ya que limitarás tu libertad para trabajar con otros clientes.
¿Tengo derecho a indemnización si se rompe el contrato?
En principio no, a menos que lo pactéis expresamente o que una normativa específica (por ejemplo, contrato de agencia) recoja esa indemnización.
¿Cómo puedo demostrar mis comisiones si dudo de los datos del cliente?
Pide acceso a informes detallados de ventas, utiliza herramientas de CRM compartidas o estipula auditorías periódicas a cargo de un tercero.
¿Debo incluir cláusula de confidencialidad?
Es muy recomendable para proteger información sensible. Además, reforzará la confianza de la empresa en tu profesionalidad.
¿Qué pasa si me lesiono y no puedo prestar el servicio?
Como autónomo, tu protección es la baja por incapacidad temporal del RETA. Considera un seguro privado que complemente la prestación pública.
¿Se aplica la Ley de Protección de Datos en un contrato mercantil?
Sí. Si manejas datos personales, debes cumplir el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la LOPDGDD, incluyendo cláusulas de encargo de tratamiento si proceden.
¿Puede la empresa controlar mis horarios?
No debería. El rasgo definitorio del contrato mercantil es la autonomía. Fijar horarios rígidos podría evidenciar una relación laboral encubierta si la empresa impone horarios o medios materiales
¿Qué jurisdicción es mejor elegir?
Depende. Escoger los tribunales del domicilio del cliente simplifica reclamaciones para él; optar por los de tu domicilio te protege a ti. Busca un equilibrio o valora el arbitraje si queréis rapidez.
El contrato mercantil es una gran herramienta cuando se adapta a perfiles autónomos con espíritu emprendedor, pero se convierte en un peligro si se usa como atajo para enmascarar una relación laboral. Ahora ya conoces sus fundamentos, ventajas, obligaciones y un modelo real que te servirá de brúfola.
Mi recomendación final: antes de firmar, revisa cada cláusula, calcula tu carga fiscal y reserva un colchón de tesorería para imprevistos. Así convertirás la flexibilidad en oportunidad y no en quebradero de cabeza. Nos vemos en el próximo artículo, donde seguiremos despejando dudas para que tu aventura profesional navegue con rumbo firme.

Marta Soto
Con formación en ADE, Marketing e Investigación de Mercados –finalizada con calificaciones de excelencia– y reforzada con un Máster en Dirección de Mark... Ver más
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