En este articulo verás:
El término desgravar suele aparecer cada año cuando llega la época de presentar la declaración de la renta, pero sigue generando muchas dudas entre los contribuyentes.
¿Qué significa exactamente? ¿Cómo puedes beneficiarte? ¿Qué gastos puedes desgravar y cuáles no? Si alguna vez te has preguntado estas cosas, estás en el lugar adecuado.
En este artículo te explico en detalle qué es desgravar, cómo funciona, qué conceptos son desgravables, qué requisitos se deben cumplir y cómo puedes aprovechar al máximo esta posibilidad para reducir tu factura fiscal. Todo ello con ejemplos prácticos y un lenguaje claro y cercano.
¿Qué es desgravar?
Desgravar es un término fiscal que significa restar determinados gastos o cantidades a los ingresos que tributan. Es decir, se trata de aplicar deducciones, reducciones o bonificaciones que permiten pagar menos impuestos.
En la práctica, desgravar es una forma legal de pagar menos en tu declaración de la renta (IRPF), en el IVA o en otros impuestos, al demostrar que ciertos gastos están relacionados con tu actividad económica o con situaciones personales específicas.
No hay que confundir desgravar con evadir impuestos: desgravar es una herramienta contemplada en la ley, mientras que la evasión fiscal es ilegal. Utilizar correctamente las desgravaciones te permite optimizar tu fiscalidad y ser más eficiente con tus finanzas.
Tipos de desgravaciones más comunes
Existen distintos tipos de desgravaciones en función del impuesto del que estemos hablando. A continuación te detallo los más habituales:
1. Desgravaciones en el IRPF
En el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), puedes desgravar ciertos gastos personales y familiares, así como algunos productos financieros o situaciones especiales. Algunos ejemplos:
- Hipoteca (para viviendas adquiridas antes de 2013).
- Alquiler de vivienda habitual (según la comunidad autónoma y si cumples ciertos requisitos).
- Aportaciones a planes de pensiones.
- Donativos a ONGs o fundaciones.
- Gastos por guardería o educación.
- Discapacidad del contribuyente o de algún familiar a cargo.
2. Desgravaciones en el IVA
Si eres autónomo o tienes una empresa, puedes desgravar el IVA soportado en la compra de bienes o servicios necesarios para tu actividad. Por ejemplo:
- Material de oficina.
- Teléfono móvil, si está afecto a la actividad.
- Vehículos (con muchas restricciones y condiciones).
- Software, herramientas digitales, hosting web.
Es importante poder justificar estos gastos con facturas completas y demostrar que están relacionados con tu negocio. La Agencia Tributaria puede requerir pruebas si tiene dudas sobre la deducción. Aquí puedes ver algunos gastos deducibles habituales para autónomos.
3. Otras desgravaciones
Además del IRPF y el IVA, hay otras situaciones en las que puedes aplicar desgravaciones:
- Impuesto de Sociedades: gastos deducibles relacionados con la actividad empresarial.
- Transmisiones patrimoniales: reducciones por reinversión en vivienda habitual, por ejemplo.
¿Cómo funciona una desgravación?
Una desgravación actúa reduciendo la base imponible (el importe sobre el que se calcula el impuesto) o bien aplicando una deducción directamente sobre la cuota a pagar. Hay una diferencia clave entre ambas cosas:
- Reducciones: disminuyen la base imponible. Por ejemplo, aportar a un plan de pensiones reduce tu base y, por tanto, el tipo impositivo se aplica sobre una cantidad menor.
- Deducciones: se restan directamente de la cuota resultante. Por ejemplo, donar 100 € a una ONG puede permitirte deducirte el 80%, es decir, 80 € menos a pagar.
¿Qué necesitas para desgravar correctamente?
Para poder aplicar desgravaciones y que la Agencia Tributaria las acepte sin problemas, es imprescindible cumplir una serie de requisitos:
- Documentación justificativa: facturas completas con todos los datos fiscales. No sirven los tickets, tal y como explicamos en este artículo sobre la diferencia entre ticket y factura.
- Relación con la actividad: en el caso de autónomos o empresas, debes demostrar que el gasto es necesario para el negocio.
- Pago trazable: se recomienda que los pagos se hagan por transferencia o tarjeta para poder justificar el desembolso.
- Declarar correctamente en los modelos correspondientes: por ejemplo, incluir las deducciones en el modelo 100 (IRPF) o en el 303 (IVA).
Errores comunes al desgravar
Desgravar mal puede salir caro. Aquí van algunos errores frecuentes que debes evitar:
- Confundir ticket con factura. Solo las facturas sirven como justificante válido.
- Desgravar gastos personales como si fueran profesionales.
- Olvidarse de incluir una deducción a la que se tiene derecho.
- Presentar la documentación incompleta o fuera de plazo.
La clave está en llevar una contabilidad ordenada, guardar todos los justificantes y, si tienes dudas, consultar con un asesor fiscal.
Ejemplos reales de cómo desgravar
Veamos algunos casos prácticos para entender mejor cómo funciona:
Caso 1: María es una trabajadora por cuenta ajena que ha hecho una donación de 150 € a una fundación cultural. Podrá deducirse 120 € (los primeros 150 € al 80%).
Caso 2: Pedro es autónomo y compra un ordenador por 1.000 € más 210 € de IVA. Si el equipo se usa exclusivamente para trabajar, puede deducirse esos 210 € en su modelo de IVA trimestral y amortizar el coste del ordenador en su contabilidad. Aquí podría aplicar también otros gastos deducibles como publicidad, gestoría o coworking.
Caso 3: Laura tiene un hijo en una guardería autorizada. Podrá deducir hasta 1.000 € anuales en su IRPF por gastos de custodia si cumple los requisitos.
¿Cómo saber si algo desgrava o no?
Esta es una de las preguntas más frecuentes. Lo recomendable es consultar siempre con un profesional, ya que las normativas cambian y cada caso puede tener matices.
No obstante, como regla general, un gasto desgrava si está legalmente previsto y puedes justificarlo documentalmente.
Conclusión: aprovechar las desgravaciones es tu derecho
Desgravar no es un privilegio reservado a unos pocos, sino una herramienta al alcance de cualquier persona que cumpla ciertos requisitos. Ya seas autónomo, asalariado o empresario, puedes optimizar tu tributación si conoces bien las reglas del juego.
En definitiva, entender cómo funciona la desgravación te permite pagar lo justo y aprovechar los beneficios fiscales que la ley te ofrece. Hazlo de forma legal, ordenada y con asesoramiento si lo necesitas. La tranquilidad fiscal empieza por una buena planificación.

Silvia Martín
Con más de seis años de trayectoria en Anfix, Silvia ha demostrado una evolución profesional constante y una capacidad excepcional para adaptarse y dest... Ver más
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