
Cualquier activo fijo (un ordenador, un coche…) que adquieras para tu empresa con el tiempo y el uso sufre una depreciación y pierde parte de su valor. A esta depreciación se llama, en contabilidad y fiscalidad, amortización.
La amortización es uno de los conceptos más importantes para la administración de un negocio, ya que tiene un impacto en su rentabilidad y, también, en el pago de IRPF en los autónomos y en el Impuesto de Sociedades en el caso de las empresas.
¿Por qué es importante? Porque cuando adquieres un activo no se refleja un único coste en la contabilidad, si no que este se va repercutiendo a lo largo del tiempo mientras este activo sea de utilidad.
Los activos de una empresa empiezan a amortizarse en el momento en el que entran en funcionamiento hasta que la suma de cantidades amortizadas cada año alcanza el valor de adquisición.
Sin embargo, ¿cómo sé qué cantidades debo amortizar?
Lógicamente, esta decisión no recae en la voluntad de cada uno. Existen varios métodos para calcularlo, pero el más popular es el de las tablas de amortización.
Las tablas de amortización, aprobadas por la Agencia Tributaria, establecen por cada activo un coeficiente de amortización lineal y unos períodos máximos. Por ley, no se pueden superar estos límites.
De este modo, verás que en una columna te indica el tipo de activo y en las dos siguientes el porcentaje para calcular la cuota de amortización y el tiempo máximo.
Según la Agencia Tributaria, es posible deducir las cantidades que hayan sido declaradas en concepto de amortización del inmovilizado material, intangible e inversiones inmobiliaria.
¿Cuándo? Cuando correspondan a la depreciación efectiva que sufran los distintos elementos por funcionamiento, uso, disfrute u obsolescencia.
Bajo lo establecido en la ley de Impuesto sobre Sociedades en su artículo 12, se considerará la depreciación efectiva cuando:
En este caso, los elementos patrimoniales del inmovilizado material y las inversiones inmobiliarias pueden amortizarse dentro del período de su vida útil.
Por vida útil se entiende el período durante el cual la empresa espera utilizar el activo o el número de unidades de producción que espera obtener del mismo.
Recuerda que al final de cada ejercicio deberás tener en cuenta la amortización de tus activos para obtener deducciones y cuadrar tu contabilidad. Sigue las indicaciones de la Agencia Tributaria, utiliza las tablas aprobadas por ley y verás que la amortización de bienes no es una tarea tan tediosa.
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