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¿Qué es un pagaré?

Definición de pagaré

El término pagaré hace referencia a un documento mercantil que contiene la promesa incondicional de una persona (el firmante) de pagar una cantidad determinada de dinero a otra persona (el beneficiario), en una fecha y lugar previamente establecidos. En otras palabras, se trata de un compromiso de pago por escrito, con validez legal, que puede ser utilizado tanto en relaciones comerciales como personales. El pagaré es una forma de crédito, ya que el emisor se compromete a pagar en el futuro una suma acordada, generalmente por servicios o productos ya entregados.

Variantes o usos del término

Aunque el concepto general es siempre el mismo, el pagaré puede adoptar distintas formas según su uso o función:

1. Pagaré a la orden: Es el más común. Puede ser endosado a un tercero, es decir, el beneficiario original puede ceder el derecho de cobro a otra persona.

2. Pagaré no a la orden: No puede ser endosado. Solo puede ser cobrado por la persona designada como beneficiaria en el documento.

3. Pagaré bancario: Emitido por una entidad financiera. A menudo se utiliza como instrumento de inversión con intereses.

4. Pagaré electrónico: Variante digital del pagaré tradicional. Su uso va en aumento gracias a la digitalización de los procesos empresariales y bancarios.

Elementos esenciales del pagaré

Para que un pagaré tenga plena validez jurídica, debe incluir los siguientes elementos:

1. Denominación de "pagaré": Debe figurar expresamente en el documento.

2. Promesa pura y simple de pagar: No puede estar sujeta a condiciones.

3. Nombre del beneficiario: Es la persona o entidad que recibirá el pago.

4. Fecha de vencimiento: Indica cuándo debe hacerse efectivo el pago. Si no se especifica, se considera pagadero a la vista.

5. Lugar de pago: Ciudad o localidad donde se hará el abono.

6. Firma del emisor: Es la persona que se compromete a pagar.

Contexto legal del pagaré

Desde un punto de vista legal, el pagaré es un título de crédito regulado por la Ley Cambiaria y del Cheque, concretamente en los artículos 94 a 104. Esta ley establece los requisitos formales, los derechos de las partes y los procedimientos en caso de impago. Lo que convierte al pagaré en un instrumento muy potente es su capacidad de ser ejecutado judicialmente de forma directa, sin necesidad de pasar por un juicio ordinario. En caso de impago, el beneficiario puede acudir al juzgado y reclamar el dinero mediante un procedimiento monitorio o ejecutivo cambiario. Esto lo diferencia de una simple factura o un contrato privado, que requieren pruebas adicionales y un proceso más largo para reclamar judicialmente el cobro.

¿Cuándo se utiliza un pagaré?

El pagaré se usa con frecuencia en contextos comerciales y financieros donde una parte necesita aplazar el pago, pero quiere dejar constancia formal de su compromiso. Algunos casos habituales:

1. Relación proveedor-cliente: Una empresa puede emitir un pagaré a su proveedor como forma de pago diferido por una mercancía o servicio.

2. Financiación privada: En operaciones de préstamo entre particulares, se utiliza para dejar constancia de la deuda.

3. Acuerdos extrajudiciales: Para cerrar deudas anteriores sin acudir a tribunales.

4. Garantía de pago: Como alternativa a un aval o una póliza de crédito.

Diferencias entre pagaré, cheque y letra de cambio

Aunque todos estos documentos pertenecen a la familia de los títulos valores, hay diferencias importantes entre ellos:

Pagaré: Implica una promesa de pago. Solo intervienen el firmante y el beneficiario. No se exige aceptación, ya que el firmante es quien se compromete a pagar.

Letra de cambio: Es una orden de pago. Intervienen tres partes: librador (quien emite), librado (quien debe pagar) y beneficiario. Necesita aceptación expresa por parte del librado.

Cheque: Es un mandato de pago contra una cuenta bancaria. Solo puede cobrarse si hay fondos suficientes en la cuenta.

Ventajas de usar pagarés

El uso del pagaré conlleva múltiples beneficios, tanto para el emisor como para el beneficiario:

1. Seguridad jurídica: Tiene respaldo legal claro y permite iniciar acciones judiciales rápidas en caso de impago.

2. Flexibilidad: Se adapta a múltiples situaciones comerciales o personales.

3. Endoso: En su versión “a la orden”, puede ser transmitido fácilmente a terceros.

4. Simplicidad: Es más sencillo que una letra de cambio y no necesita aceptación previa.

5. Confianza: Refuerza la relación entre partes al establecer un compromiso formal y documentado.

¿Qué pasa si no se paga un pagaré?

El impago de un pagaré tiene consecuencias legales serias. El beneficiario puede:

1. Requerir el pago extrajudicialmente: A través de un burofax o notificación fehaciente.

2. Reclamar judicialmente: Mediante un procedimiento cambiario, que permite embargar bienes de forma rápida.

3. Acudir al notario: Para levantar un protesto notarial (poco común hoy, pero posible).

4. Incluir al deudor en ficheros de morosos: Si se cumplen los requisitos legales. Es importante que el beneficiario conserve el pagaré original, ya que es la prueba principal del derecho de cobro.

Fiscalidad de los pagarés

Desde el punto de vista fiscal, los pagarés pueden generar implicaciones tanto para el emisor como para el receptor. Algunos aspectos clave:

1. No son un ingreso hasta el cobro: Para el beneficiario, no se devenga ingreso hasta que el pagaré se hace efectivo.

2. IVA e IRPF: Si el pagaré responde a una factura, ya se habrá declarado el IVA e IRPF en la emisión de dicha factura, no en el cobro del pagaré.

3. Pagarés con intereses: Si el pagaré incluye intereses explícitos, estos deben declararse como rendimiento del capital mobiliario (para personas físicas) o ingreso financiero (para empresas).

4. Contabilización: En contabilidad, los pagarés recibidos suelen registrarse como "efectos a cobrar" y los emitidos como "efectos a pagar".

Errores frecuentes al usar pagarés

Aunque es un instrumento sencillo en apariencia, hay varios errores comunes que pueden invalidarlo o causar problemas:

1. No incluir la palabra “pagaré”: Es un requisito esencial.

2. Omitir la fecha o lugar de pago: Aunque no invalida el documento, puede generar confusión y conflictos.

3. Firmar sin comprobar la capacidad legal: Si el firmante no tiene poderes suficientes, el pagaré podría ser impugnado.

4. No conservar el original: Solo el tenedor del documento original puede exigir el pago judicialmente.

5. Usar pagarés como “amenaza” informal: Emitir pagarés sin intención real de pagar puede derivar en consecuencias penales.

¿Puedo cobrar un pagaré antes de su vencimiento?

Sí. Puedes acudir a una entidad financiera y **descontar el pagaré**, lo que significa cobrarlo antes del vencimiento a cambio de una comisión. Esto es habitual en la financiación de empresas que quieren obtener liquidez de forma anticipada. Ten en cuenta que el banco te adelantará el importe, pero si el emisor no paga llegado el vencimiento, podrías tener que devolver el dinero o asumir penalizaciones.

¿Qué hacer si me entregan un pagaré?

Si recibes un pagaré, te recomiendo seguir estos pasos:

1. Verifica que contenga todos los datos: Especialmente la cantidad, fecha de vencimiento, firma y nombre del beneficiario.

2. Guarda el original: Es el único documento con validez legal plena.

3. Regístralo contablemente: Si es en el marco de tu actividad profesional.

4. Prepárate para su cobro: A través del banco o directamente con el firmante.

5. Actúa con rapidez si hay impago: No dejes pasar los plazos legales para iniciar acciones judiciales.

¿Puedo negarme a aceptar un pagaré como forma de pago?

Sí. A diferencia del dinero en efectivo o las transferencias, el pagaré es un compromiso futuro, no un pago inmediato. Estás en tu derecho de no aceptarlo, especialmente si tienes dudas sobre la solvencia del emisor o si prefieres medios de cobro más seguros. El pagaré es mucho más que un simple papel: es una herramienta con peso legal, valor económico y utilidad práctica en multitud de situaciones. Ya sea que actúes como particular, autónomo o empresa, entender cómo funciona un pagaré te permite tomar decisiones financieras más seguras y proteger tus intereses. Como has visto, este instrumento puede jugar a tu favor si se utiliza correctamente, pero también puede convertirse en un problema si no se manejan bien los detalles. Por eso, siempre conviene revisar los términos, conservar la documentación y, si hay dudas, consultar con un profesional.
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