¿Qué es un prestatario?
Definición de prestatario
En contabilidad y finanzas, el prestatario es la persona física o jurídica que recibe una cantidad de dinero en calidad de préstamo, comprometiéndose a devolverla en un plazo determinado, junto con los intereses y costes pactados. En otras palabras, el prestatario es quien solicita financiación externa para cubrir necesidades específicas, ya sea para inversiones, circulante o expansión del negocio.
En el ámbito empresarial, este concepto cobra una gran relevancia porque las empresas suelen recurrir a préstamos para mejorar su liquidez, financiar proyectos o cubrir desfases temporales de tesorería. El prestatario figura como deudor en los registros contables, y las cantidades recibidas se clasifican como pasivos financieros, ya que representan obligaciones futuras de pago.
Ser prestatario implica no solo obtener recursos, sino también asumir compromisos legales y contables que deben reflejarse de forma clara y precisa en los estados financieros. La gestión responsable del endeudamiento es clave para mantener la salud financiera de cualquier empresa.
Información adicional sobre el concepto de prestatario
Desde el punto de vista contable, el tratamiento de los préstamos recibidos por un prestatario está regulado por normas como el Plan General de Contabilidad (PGC) en España o las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), especialmente la NIC 39 y la NIIF 9 sobre instrumentos financieros.
Estas normas establecen criterios para el reconocimiento, valoración y presentación de los pasivos financieros, incluyendo los intereses devengados, comisiones y costes asociados. Según la naturaleza del préstamo, este puede clasificarse como a corto o largo plazo, y su contabilización puede variar dependiendo del tipo de interés (fijo o variable) y de si el préstamo es con o sin garantía.
En algunos sectores —como el inmobiliario o el industrial— el acceso a financiación externa es habitual, y los prestatarios pueden negociar condiciones específicas según el volumen del crédito o su historial financiero. También hay diferencias si se trata de una pyme, un autónomo o una gran empresa, tanto en los requisitos como en la carga administrativa.
Ejemplos prácticos de prestatario
Ejemplo 1:
Una empresa de distribución solicita un préstamo bancario de 100.000 € a devolver en cinco años, con un interés fijo del 4 % anual. En este caso, la empresa actúa como prestataria y debe contabilizar el importe recibido como un pasivo no corriente, e ir registrando los intereses como gastos financieros a medida que se devengan.
Ejemplo 2:
Un autónomo pide un préstamo personal de 20.000 € para renovar el equipamiento de su taller. Aunque no se trate de una empresa en sentido estricto, también se considera prestatario y debe declarar tanto la deuda como los pagos de intereses en su contabilidad simplificada o en su declaración de IRPF, según el régimen fiscal en el que se encuentre.
Consejos y consideraciones importantes
Antes de firmar un préstamo, es fundamental que, como prestatario, analices bien tu capacidad de pago y el impacto que tendrá la deuda en tu tesorería mensual. Asegúrate de comparar condiciones entre entidades y consulta con tu asesor contable sobre cómo reflejar correctamente el préstamo en tu contabilidad. Recuerda: una financiación bien gestionada puede impulsar tu negocio, pero un endeudamiento mal planificado puede comprometer su estabilidad.