Ésta es la cara que se te queda cuando envías una factura sin haberla revisado primero… seguro que te pasa por la cabeza esto:
“¿¡Pero cómo no lo he visto!?”
Y es que fallar es humano, sí. Que te lías con el nombre de tu cliente o metes la pata con su NIF, pues se rectifica pero es cierto que no dice mucho de nosotros, y más si el error se repite a menudo. Ponte en el lado contrario, ¿qué pensarías tú de quien te envía una factura con “fallos”? Aún así, y ahora que ya tienes claro que has de repasar la factura una, dos tres, cuatro y las veces que haga falta antes de darle a “enviar”, si el error está hecho, tranquilo, hay solución.