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Por qué la transformación digital de las asesorías y gestorías es inevitable

Por qué la transformación digital de las asesorías y gestorías es inevitable
Eva Fernández

En este articulo verás:

La migración o transformación digital suena a algo ya pasado de moda pero, sí, aún hay quien no ha emprendido el viaje...

Entre ellos, muchos asesores y gestores siguen ajenos al mundo digital. 

A parte de su especialización en áreas como la contabilidad o la fiscalidad (y al margen de modificaciones legales), no destacan por ser actividades muy innovadoras.

Sin embargo, las nuevas tecnologías siguen imparables.

Las asesorías han ido poco a poco incorporándose al mundo digital de la mano de los cambios en operativa impuestos por la Administración Pública. Presentaciones por Internet, certificados digitales, o el PIN 24 horas; son sólo algunos de los nexos de unión con el mundo digital.

Transformación digital: ¿cambio en un sector tradicional?

A día de hoy muchos de los procesos de las asesorías siguen siendo manuales, físicos, al margen del mundo digital. Y eso que cada vez son más las empresas que, aunque no sean “nativas digitales” por su tipo de actividad, se están volcando cada día más con las nuevas tecnologías.

Su razonamiento es muy sencillo: si el cliente está en el mundo digital, las empresas también deben de estarlo.

¿Por qué no hemos abordado el cambio del despacho hasta ahora?

Se nos instaba a incorporar la tecnología como elemento dinamizador y vehículo de comunicación para mejorar la productividad, para poder ganar tiempo que permitiese dar otro tipo de servicio de valor a los clientes y, por tanto, mejorar la competitividad y sostenibilidad de nuestros negocios.

Sin embargo, el ritmo del cambio ha sido lento y principalmente adaptativo, puesto que en el fondo, todos confiábamos en que cuando fuese necesario. Las Administraciones Públicas y los proveedores de software marcarían el camino de las plataformas y herramientas a utilizar.

Adicionalmente, hemos estado convencidos de que nuestros clientes no iban a ser los que nos presionasen en esa transformación, manteniendo una opinión generalizada de que se podía seguir dando respuesta a sus necesidades con el modelo tradicionalmente personalista y presencial.

Si a esto añadimos el coste y esfuerzo que requiere intentar digitalizar nuestros servicios, sin una experiencia previa o marco de referencia a utilizar, cuando el día a día imperaba, muy probablemente llegamos a la decisión de desistir.

No obstante, siempre hemos mirado de reojo a las iniciativas online que encontramos en la red como “competencia” de nuestros servicios: servicios de contabilidad y laboral a bajo (incluso bajísimo) precio, proveedores de herramientas que incluyen servicios contables-fiscales unidos a su herramienta, iniciativas de grandes despachos para tener presencia en la pyme…

Ya no hay marcha atrás para la transformación digital de nuestros despachos

La tan comentada transformación digital ha llegado para quedarse.

Se ha formado una tormenta perfecta que, si somos capaces de mirar a medio plazo, más allá de representar un problema, se convierte en la oportunidad que puede ayudarnos a tomar un papel protagonista y proactivo en la relación con nuestros clientes.

Todo apunta a que el rol del asesor se transformará definitivamente al del consejero y socio de negocio que ha superado su posición de tramitador.

Estas características, protagonista y proactivo, serán el santo y seña del sector en los próximos años, puesto que, en la medida en que las Administraciones Públicas continúen con su imparable avance en la digitalización de procesos, todo apunta a que el rol del asesor se transformará definitivamente al del consejero y socio de negocio que ha superado su posición de tramitador siendo capaz, gracias a servicios creados alrededor de la tecnología, de traducir las directivas regulatorias y ayudar al empresario a conseguir sus objetivos.

En resumen

El mundo ha cambiado mucho. Internet y las nuevas tecnologías en la nube orientadas a la contabilidad y facturación están revolucionando nuestra forma de gestionar los negocios.

Por lo tanto, la demanda es la que tira de las empresas y no al revés. Por ese motivo es fundamental crear una buena reputación que nos diferencie de la competencia. Y debe ser tanto a nivel del boca a boca tradicional, como en especial en el mundo digital.

Para ello hay que incorporar el mundo digital en la estructura y los procesos actuales de las asesorías.