
La estrategia del low cost fue popularizada hace unos años por las aerolíneas de bajo coste, aunque su propuesta de valor es la del tradicional bueno, bonito y barato.
Lo que empezó como una guerra de precios en los billetes de avión se ha convertido en un modelo de negocio de éxito muy demandado por el consumidor, por eso la estrategia del low cost se ha trasladado a otros sectores y negocios, por ejemplo el de la alimentación, con las marcas blancas del distribuidor.
Pero, ¡ojo! El low cost no es lo mismo que el bajo coste, porque el cliente que busca el low cost no es precisamente el que paga el precio más bajo, sino el que no quiere pagar sobrecostes por un producto o servicio. Son personas dispuestas a gastar más de manera global si el precio unitario baja.
El caso típico es el del viajero mochilero que realiza varios viajes al año gracias aerolíneas y alojamientos de bajo coste, y para eso debemos saber qué quiere el cliente y que estaría dispuesto a renunciar de nuestro producto o servicio.
Esa información no sólo permitirá fidelizar al cliente como -en el ejemplo del mochilero- sino que también permitirá que reduzca los gastos de tu empresa. Aún así, los modelos de negocio low cost tienen el mismo punto débil que los que se basan en precios bajos: necesitan un elevado volumen. De todas formas, merece la pena que trates de pasar tu negocio al low cost usando algunas de estas ideas:
Así que recuerda, el éxito en el low cost depende de alcanzar un volumen elevado de clientes y para ello debes de mantener la calidad y sobre todo darlo rápidamente a conocer para que el boca a boca funcione y competencia no te copie la idea.
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