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Para ser un buen asesor fiscal o financiero no basta con manejarse bien entre números y balances; para tener éxito en tu negocio deberás contar con una serie de habilidades que son tanto innatas como adquiridas.
Hacemos un análisis de las más importantes.
Un asesor tiene una gran responsabilidad entre sus manos. Esto supone, normalmente, ser una persona ocupada y con muchos asuntos a los que atender. Para hacer bien tu trabajo necesitas un sistema para organizar tu día a día y estar seguro de que has hecho todos tus deberes.
Puedes utilizar calendarios, planificadores semanales, listas de tareas o aplicaciones y programas diseñados para organizar tu agenda tanto a corto como a largo plazo. Serán tu mejor aliado para deshacerte del caos.
Ser una persona organizada suele ser algo innato; aunque puedes mejorar, practicar y hacerte con herramientas para ello. Este modo de trabajo demostrará a tus compañeros que eres una persona de confianza y competente.
Si trabajas rápido, tienes que ser también muy preciso.
Si te gusta revisar lo que haces y comprobar una y otra vez que se no te ha escapado ningún detalle y no hay errores, esto será de gran ayuda en tu papel como asesor.
Prestar atención a los detalles no sólo es bueno cuando se trabaja con números, también evita problemas y molestias en el futuro. Un pequeño error en un área de la empresa puede tener un gran impacto en el funcionamiento general del negocio.
Es muy sencillo decir que aceptas un proyecto, pero hacer el debido seguimiento del mismo a veces no lo es tanto. En este sentido, la disciplina y el método son fundamentales para hacer tu trabajo tan bien como se espera de ti.
Cuando te embarcas en un nuevo proyecto, asegúrate de llegar hasta el final y en los plazos establecidos. Demostrarás ser un buen profesional y de confianza.
No sólo con tu empresa, sino también con cada uno de tus clientes. Deberás mostrar que pones todo de tu parte para que tus clientes consigan sus objetivos y, por tanto, también tu propia empresa.
Sentir este tipo de fidelidad hacia el trabajo requiere, también, de mucha de vocación. Esto potenciará notablemente tu buena relación con superiores y compañeros.
Una vez que ya tienes las habilidades y el conocimientos necesarios para ser un buen asesor, no puedes conformarte con quedarte ahí. Para estar al día de las novedades y cambios que afectan a tu sector, deberás tener cierto interés en seguir aprendiendo y mejorando.
Cursos, un máster o un mentor pueden servirte para seguir creciendo dentro de tu campo. Querer abarcar más conocimientos y aplicarlos a tu día a día es, sin duda, una carrera de fondo pero muy gratificante y útil.
Sí, también te hará falta y no todo el mundo cuenta con grandes dosis de ello. Tratar con datos confidenciales y que tienen tanto impacto para un negocio, puede ser muy estresante dado el nivel de responsabilidad.
Si te cuesta trabajar bajo presión, busca las técnicas necesarias para controlar el estrés y pide consejo a tus compañeros más experimentados.
Aprenderás todo lo necesario de tu labor y el negocio, sobre todo, a través de la experiencia. Deberás desarrollar, a la par, tus habilidades estratégicas, negociadoras y de liderazgo.
Asesoría y tecnología van de la mano. El uso de programas y herramientas de contabilidad son necesarios para poder desempeñar muchas de tus tareas diarias. Es importante que te manejes bien con ellas y que estés al día de las últimas novedades. Estas, además, harán mucho más sencillo tu trabajo y ahorrarás tiempo.
Hoy en día, por ejemplo, has de tener en cuenta la importancia de contar con soluciones tecnológicas como Anfix que te permitan tener tus datos en la nube. Los documentos estarán a salvo, con la ventaja de que podrás acceder a ellos desde cualquier sitio y compartirlos fácilmente con tus clientes.
En tu día a día tendrás que hablar y mantener reuniones con jefes, compañeros y clientes. Y no todo el mundo será un hacha de los números como tú, por lo que es importante que sepas transmitir la información de una forma sencilla y digerible para cualquiera.
También harás uso de otros canales de comunicación como el email, el teléfono… A través de estas vías has de ser capaz de ofrecer mensajes claros y concisos.
Si te sientes incómodo en este campo, siempre podrás recurrir a cursos para hablar en público o sobre comunicación afectiva.
En tu trabajo tendrás que tratar con clientes y captar otros nuevos. Tener cierto sentido y vocación por el trato con otras personas, siempre será de utilidad en la labor de un asesor.
Saber escuchar y entender las necesidades de un cliente requiere, sobre todo, de práctica y experiencia. También ayuda contar con una actitud positiva, especialmente en los momentos de estrés y presión. Y, lo más importante, ten cuidado de no ser demasiado optimista con los tiempos que das y luego no poder cumplir con tu cliente.
Todas estas capacidades, y algunas más, te aseguran clientes contentos y jefes satisfechos.
En un sector cambiante, es importante que sepas adaptarte y que siempre estés dispuesto a mejorar y ofrecer a tus clientes un servicio excepcional. Es una carrera de fondo, pero estos son los primeros pasos para conseguirlo.
Por Mar Donderis el 14 January 2022
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