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¿Quieres ser freelance? Antes hazte estas 6 preguntas

Eva Fernández

En este articulo verás:

Cada vez más profesionales contemplan la posibilidad de dejar su trabajo habitual por cuenta ajena y convertirse en lo que se conoce como freelance o trabajador por cuenta propia. Ya sea porque quieren reinventarse o porque prefieren contar con la libertad de depender exclusivamente de uno mismo; las razones son muchas.

¿Estás pensando tú en dejar tu trabajo y convertirte en freelance?

Esta es, sin duda, una tendencia al alza.

En Estados Unidos, un 34% de la clase trabajadora americana es freelance.

Y un 88% tiene claro que no dejaría de serlo aunque le ofrecieran un trabajo a tiempo completo, según un estudio de Freelancers Union.

En España ocurre lo mismo, aunque las cifras no están claras, ya que no es fácil separar a los autónomos empleadores y los que trabajan por cuenta propia (sin empleados a su cargo). Sin embargo, sí vemos como hoy en día es muy habitual recurrir a un freelance para hacer, por ejemplo, el diseño o el desarrollo de una página web.

Sin embargo, no es todo de color de rosa. La vida freelance ofrece muchas ventajas como la libertad de horarios, trabajar desde cualquier lugar, gestionar tu ritmo de trabajo; pero también es dura la inestabilidad, olvidarte de las vacaciones pagadas o tener que asumir toda una serie de roles a los que probablemente no estuvieras acostumbrado (relaciones públicas, financiero…).

Si de verdad te lo planteas, antes de dar el paso, te recomendamos que te hagas una serie de preguntas:

1. ¿Tienes alguna habilidad que sea “vendible”?

Esta es, sin duda, la pregunta más importantes: ¿qué vas a hacer cómo freelance? ¿A qué te vas a dedicar? ¿Cuáles van a ser tus servicios? ¿Le interesan a alguien?

Los medios de comunicación y el mundo de las tecnologías son dos de los sectores que más freelance contratan; sin embargo, la buena noticia es que, hoy en día, muchas más empresas contratan a autónomos para otra serie de servicios.

Si aún no estás seguro de si tendrías futuro como freelance, antes de dejar tu trabajo, prueba a vender tus servicios y a buscar clientes.

2. ¿Cuentas con una buena red de contactos?

Más vale tener amigos en todas partes; sobre todo si quieres ser freelance. Tu red de contactos será, con total seguridad, tu principal fuente de negocio. Al final, las personas que te conocen y que saben cómo trabajar no se pensarán dos veces el contratar tur servicios.

Sin embargo, si no tienes una buena agenda de contactos también puedes hacer networking yendo a eventos, conferencias, charlas o escribiendo a gente a través de LinkedIn o Twitter.

Utiliza tus contactos de forma inteligente y recurre a ellos cuando sea necesario. Pero recuerda ser también generoso y cuenta con tus conocidos para pasarles trabajo cuando tú estés saturado o ponerle en contacto con personas de interés.

3. ¿Cómo llevas trabajar tú solo?

La soledad es uno de los grandes retos de un freelance. No tendrás que lidiar con jefes o compañeros molestos, pero a veces puedes llegar a sentirte muy solo.

Si eres de los que adora el trabajo en equipo y estar rodeado de gente, procura encontrar un espacio de coworking o hacer actividades en grupo. En el caso de que seas introvertido y estés deseando estar sólo en tu casa, oblígate a acudir a conferencias y a conocer personas. De lo contrario, te convertirás en un ser solitario.

4. ¿Tienes un colchón financiero?

Hay que ser realistas: es poco probable que en el minuto en el que te hagas freelance comiencen a lloverte ofertas de trabajo. Por lo tanto, si no vas a tener ingresos, necesitas contar con unos ahorros que te permitan vivir tranquilo unos cuantos meses.

Incluso después, cuando todo comience a rodar, tendrás que seguir manteniendo un colchón que te proteja de la inestabilidad y de que un mes pierdas uno de tus clientes más importantes.

Deberás prestar especial atención a tu economía y controlar los gastos para evitar problemas. Los expertos recomiendan ahorrar el 40% de cada factura que cobres para posibles imprevistos.

5. ¿Eres una persona disciplinada?

Piensa que no vas a tener a nadie que te recuerde lo que tienes que hacer; todo depende ti. Necesitas estar motivado, ser organizado y tener fuerza de voluntad para trabajar cada día por tu cuenta y cumplir con tus clientes. Si haces lo que te gusta, tendrás la fuerza suficiente.

También es importante que seas consciente de que ser autónomo lleva asociado una serie de tareas con los que, quizás, no contabas: deberás ser tu propio contable y hacer tus facturas, tendrás que hacer de relacionas públicas para ganar nuevos clientes, de informático cuando tengas un problemas con el ordenador…

¿Estás preparado para todo esto?

6. ¿Puedes hacer un piloto?

Si has respondido que “sí” a todas las preguntas anteriores, prueba a buscar trabajo de freelance mientras mantienes tu trabajo. Estarás dando tus primeros pasos en la que podría ser tu nueva vida y será mejor que veas si te convence o no.

Si, finalmente, decides hacerte autónomo ya habrás definido tus servicios, tendrás algunos clientes y sabrás cómo continuar hacia delante.

No tienes por qué dar un cambios radical, permítete probar y tomar una decisión. De hecho, la mayor parte de freelances comienza de este modo: haciendo trabajar por su cuenta mientras siguen en su trabajo habitual remunerado.